María «Terremoto»
MARÍA FERNÁNDEZ BENÍTEZ, cantaora gitana de flamenco, más conocida en el mundo del arte del cante flamenco con el nombre artístico de MARÍA TERREMOTO, nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), descendiente de la saga de la familia “Terremoto” de Jerez de la Frontera, estirpe de grandes maestros. Nieta del genio del cante Fernando Fernández Monge “Terremoto de Jerez” e hija del cantaor Fernando Fernández Pantoja “Fernando Terremoto”, galardonado con todos los premios posibles en el cante Flamenco y nominado en 2004 a los premios «Goya» que otorga la «Academia del Cine Español» por la canción que interpretó para la película «Carmen», de Vicente Aranda.
Considerada una de las promesas más claras del cante Flamenco del momento, con unas facultades asombrosas en continua mejoría, algunas de las razones por las que se le ha otorgado el «Giradillo» a la «Artista Revelación» de la «XIX Bienal de Flamenco» de Sevilla. María, se estrenó en los escenarios por primera vez, cuando una Zambomba fue dejada en el patio de vecinos, donde fue todo un espectáculo con público. Ese día, cumplía un año.
María Terremoto canta desde que era muy pequeña. Cuando su padre regresó a los tablaos, tras recuperarse de su enfermedad, le brindó en la peña de su familia (la Asociación Cultural Fernando Terremoto), una bulería con 8 años. “Mi padre era guitarra, su maestro fue Manuel Mora. Mi padre no cantaba ni en las bodas de sus hermanas, no era capaz ni de tocar las palmas. Hasta que un día se arrancó a cantar y le animaron a presentarse a un certamen en la Peña Don Antonio Chacón. Allí debutó como cantaor, a los 22 años”, cuenta María.
María Terremoto estuvo un tiempo viviendo en Sevilla. Allí conoció a la gran bailaora Manuela Carrasco, que para ella es su tercera abuela. La nieta de Manuela y ella iban juntas al cole. “Manuela me enseño muchísimo, a ella, y a mi abuela materna – María Márquez, también cantaora de Jerez.. Es por ello, que María también, además de cantar se maneja en el baile. La niña que hace de los fandangos un regalo de los dioses, dice que su vida es el cante, que donde no llegan las palabras llega el quejío, y que su manera de expresar lo que siente es desde este arte.
En la peña de los Terremoto, por tradición, se celebra cada año el 5 de diciembre una Zambomba abierta. Cerca de 200 personas, entre familiares y amigos, se reúnen para cantar y bailar villancicos flamencos. El repertorio es espontáneo, cualquiera puede arrancarse y el resto siguen el compás y la marcha. El terremoto vuelve por Navidad.