
Tras la presentación del acto por parte de la concejala de Promoción del Flamenco, Lola Gálvez, el crítico comenzó su charla sobre el mundo del flamenco con la frase “todo el tiempo pasado fue mejor”, en alusión al título de la conferencia, recordando que en 1881 el escritor y antropólogo Antonio Álvarez “Demófilo”, padre de Antonio y Manuel Machado, “ya echaba de menos los tiempos pasados, que ni él había vivido, y que contaba un tal Juanele”.
Martínez habló de que esta sensación siempre se había venido repitiendo a lo largo de la historia del cante flamenco, poniendo por ejemplo a Fernando Quiñones cuando escribió “Vida y muerte del flamenco” o en “Luces y sombra”, de Caballero Bonald, quiénes aludían al ambiente íntimo de sus comienzos, frente al flamenco profesionalizado que se comercializaba en los cafés cantantes y, posteriormente, en las plazas de toros y teatros, “algo que en la actualidad también se viene produciendo con la inclusión de otros instrumentos musicales”, poniendo sobre la mesa interrogantes sobre la autenticidad, intereses o la influencia de modas y tendencias en el flamenco.
